"PERDÍ EL DÍA..."
"Delicias del género humano " fue el halagÜeño sobrenombre que los romanos le pusieron a su emperador Tito (Flavio Sabino Vespasiano), quien tanto se preocupaba por realizar buenas obras y aliviar el padecimiento de sus semejantes, que si al término de una jornada no había cumplido alguna acción meritoria se reprochaba con tristeza: "Perdí el día....". Su reinado duró solamente dos años - entre el 79 y 81 de nuesra era -, y el corto lapso confirma una vez más la verdad del viejo refrán que afirma: "Lo bueno dura poco" " TEMO AL HOMBRE DE UN SOLO LIBRO "
Esta frase, que se atribuye a Santo Tomás de Aquino, indica con claridad las dificultades y los riesgos que hay que afrontar cuando se trata de polemizar con quienes tienen una cantidad muy limitada de conocimientos y carecen, lógicamente, de ideas para aceptar y debatir otras. Claro está que si es temible el hombre de un solo libro, también puede serlo el que maneja muchos sin descernimiento, y de ahí viene, seguramente, aquello de que los extremos son malos.