Durante su pontificado, a fines del siglo XVI, se realizó la primera reforma del tiempo, que aún se mantiene. El calendario anterior, elaborado Julio César, calculaba la duración del año 365 días y 6 horas. Cada cuatro años se dadicionaba un día más en uno de los meses y se formaba el año bisiesto.
Una comisión especial nombrada por el Papa Gregorio XIII estableció con exactitud la duración del año solar: 365 días, 5 horas, 48 minutos y 47 segundos. El tiempoi perdido en el curso de los años fue recuperado la noche del 5 de Octubre de 1582, cuando se adelantaon 10 días de una vez.
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